Los indiscutibles, el saber lo que quieres y otros misterios de buscar el amor
Hace unos meses, cuando acababa de romperse mi última cuasirelación, una gran amiga que siempre tiene ideas fascinantes me habló de algo que me llamó la atención. Lo llamó una “lista de indiscutibles”, que funcionaba de diferentes maneras: primero te ayudaba a aclararte las ideas y a saber qué es lo que buscas en una pareja; segundo lanzaba el mensaje al universo, como una manera de manifestar y así atraerlo; tercero te recordaba, en caso de necesidad, quién no era para ti.
Ese mismo día compré una minilibreta y un boli (estaba en Barcelona y no tenía acceso a cualquiera que tuviera por casa) y escribí mi lista de indiscutibles. Hoy la he releído, para recordar qué es lo que no quiero, y me he encontrado con que me faltaban algunas cosas que ahora me parecían básicas. He reescrito y he añadido detalles, he vuelto a moldear al que podría ser el hombre de mi vida con características como “honestidad y sinceridad”, “pasiones más allá del trabajo”, “independencia” o “que tenga interés por mis proyectos”.
Parece una tontería, pero mientras escribo sueño. Algo que siempre está bien para las románticas empedernidas como yo que luchan contra sus instintos y mantienen los pies en la tierra pese a querer estar siempre por los aires. Me vuelve a dar la oportunidad de creer en que ese alguien existe.
Un día hablándolo con mi psicóloga le dije que me daba rabia tener que tenerlo yo tan claro, tan estudiado, tan trabajado… mientras que otros eran felices y estaban enamorados sin tener que esforzarse en el mismo proceso. Su respuesta fue que cada uno tiene un camino diferente y que nunca puede asumirse por dónde van los demás. Quizás no hayan hecho su “lista de indiscutibles” pero habrán hecho otras cosas, y sobre todo, como me decía siempre mi padre: “lo que hagan los demás te tiene que dar igual”.
Así que yo sigo con mi lista, con mi hombre perfecto hecho de papel. Sin rostro, sin voz… aún. Hasta que se materialice en mi vida o decida dedicarme a crear el humanoide definitivo.