Extensiones de pestañas, ¿merece la pena?

Hace ya dos meses me puse extensiones de pestañas. Pasé por delante de un local donde las anunciaban por 25 euros y semejante oferta no se me podía escapar de ninguna manera. El resultado era espectacular. Una pena que me chocaran contra las gafas, lo que considero que fue uno de los detonantes de que no volviera a ponérmelas cuando, un mes después, me quité las que aún me quedaban.



A pesar de que, por algún motivo que no conozco, se me cayeran muchas en solo una semana y tuviera que volver a recolocármelas (la chica fue encantadora y, por supuesto, me lo hizo gratis) la duración de las pestañas fue la esperada. Al rededor de un mes, y podría haberlo estirado algo más.
Sin embargo, aunque estaba guapísima con esos pestañones y me sentía cómoda hasta sin maquillaje, cuando aún me quedaban unas cuantas decidí quitármelas (lavándome con agua y desmaquillaje aceitoso). ¿Por qué? Pues porque era cansado.


Era cansado desmaquillarse con cuidado, también frustrante no maquillarse precisamente por lo tener que quitarlo después con bastoncillos y delicadeza. Además, qué terrible esa sensación de no poder frotarse los ojos, cuando pican o, simplemente, por sueño, aburrimiento, o cansancio ocular.
Son tonterías, tonterías como las de la gente que dice que no le gusta teñirse porque hay que seguir tiñéndose cada mes, una pega más de esta solución de belleza que recomiendo, sin duda, pero no como una rutina.


Quiero decir que, si se tiene el dinero para ponerse las pestañas cada tres semanas (porque aunque se puede arrastrar al mes o mes y pico no es lo mismo), adelante. También hay que tener en cuenta las rutinas de maquillaje de la persona. Como no necesitas rímel con estas pestañas, ¿quizás puedas ir en tu día a día completamente desmaquillada?

Pero si te gusta maquillarte y no tienes tiempo o dinero para prestar atención a las pestañas... quizás esto no sea para ti.

Hay gente que cree que todos estos productos son perjudiciales, para el ojo o para la pestaña. La realidad es que a mí ni se me cayeron pestañas de más ni sentí que después estuvieran más débiles. De hecho, ¿cómo creéis que le vino a mis pestañas el estar un mes sin usar rizador?


¿Las habéis probado? ¿repetiríais?
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