Estamos cansados

En el sentido más literal de la palabra. Nos levantamos por la mañana como si no hubiéramos dormido, vamos al trabajo (o la universidad) como si el día anterior no hubiera acabado nunca. Comemos sin ganas y lo único que nos "nutre" son esos cafeses que nos metemos en vena para seguir despiertos.


Cero motivación y mucho esfuerzo, así es como yo lo veo, mientras individuos mayores que yo catalogan mi generación de vaga y egocéntrica.
Trabajamos de más por menos que generaciones anteriores. 
Tenemos sueños globales por nuestra madurez online y crecimiento (más) libre, pero eso nos abre más los ojos: somos una aguja en un pajar, más 99% que 1 entre un millón.

Tenemos agotamiento físico y emocional que no acabamos de compartir porque no sabemos si es normal o es todo lo contrario, ambas opciones asustan. La primera porque significa que no hay salida, que estamos condenados a un cansancio eterno. La segunda porque significa que no llegamos al mismo ritmo que el resto.

Vamos como zombies completando tareas, pulsando el circulito en los recordatorios para marcar y olvidar, pasar a la siguiente, seguir adelante. Pero, más adelante, seguimos cansados.

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Algunos ávidos y otros apáticos, todos sentimos la gravedad del planeta en nuestra cabeza, la injusticia, la catástrofe, porque -a diferencia de otras generaciones- internet nos ha acercado a ello. Y queremos hacer algo. Identificarnos con las minorías, levantar la voz para crear conciencia social, compartir para encontrar la cura del cáncer. Porque la sociedad de los youtubers y los influencers nos ha enseñado que todo empieza con un tweet.


Y por algún motivo, nadie habla de ello. Solo leemos titulares soltando pestes sobre esta nueva generación escritos por gente a la que esta nueva generación pagará la pensión. Señores... por favor... Que tienen ya una edad para ser tan venenosos.

Hace poco oía un vídeo en el que un señor decía con acierto que los jóvenes de hoy en día no sabemos lo que es la paciencia y, realmente, estoy de acuerdo. Unos más que otros lo pasamos mal por tener que esperar a algo, sin signo alguno de que vaya ocurrir, pero eso no es algo de lo que avergonzarnos.

Dicen que los mayores son más pacientes, pero si algo está claro es que cuanto más mayor, más se critica los más jóvenes.

Y, de nuevo, nadie menciona el cansancio. El agotamiento vital que es como una epidemia. ¿No estáis preocupados?

DISTINGUIR CANSANCIO Y DEPRESIÓN

Primero es importante darse cuenta de que si crees que tienes cualquiera de estos dos problemas, debes ir al médico, aunque sea para que te confirme lo contrario.

La manera más sencilla de distinguir estas dos dolencias tan habituales en nuestra sociedad es analizar hacia donde se enfocan los malos sentimientos, el enfado, la rabia, la tristeza.
Si es hacia uno mismo, es importante que busques ayuda, porque puede que sufras depresión y no es algo de lo que avergonzarse o que intentar ocultar. Y no tiene nada que ver con tus logros o fracasos puesto que gente como Demi Lovato o Gwyneth Paltrow también han sufrido depresión.

Si es hacia la sociedad, hacia tu trabajo, tus jefes, tus tareas... entonces es probable que sufras de cansancio y no te sientas como un bicho raro, hasta Rihanna o Selena Gómez han sufrido agotamiento diagnosticado.
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