Petit beurre: l'obsession
Me alimento de estas maravillas. Las hay por todas partes y con todo tipo de variaciones. En España se las conoce como Petit Écolier, de LU (o al menos así las conocía yo) porque la marca que las comercializa (que, obviamente, es francesa) se llama así. Aquí es lo que más hay en el apartado de galletas, lo primero que ves. Las hay de marca blanca en todos los supermercados (menos en el LIDL, que es para dar de comer aparte y tiene sus clásicas galletas de barquillo y demás en todos los países).
De momento las he probado marca Carrefour y marca Casino, una cadena de supermercados bastante famosa aquí. Vaya delicia. Me decanto por las de chocolate blanco, pero lo cierto es que aún no he comido las de dos chocolates o las que tienen variados frutos secos. Poco a poco, ¿vale? Que solo llevo aquí 17 días exactamente.
No quiero asustar a mi madre y decirle que esto es mi único sustento de vida. Tampoco asustar a todos aquellos que están muy preocupados por mi línea (que espero que sea nadie en absoluto). Pero como, probablemente, demasiadas galletas del cielo como son estas petit beurre de chocolat.
De hecho, escribo esto para intentar convencerme de no desayunarlas hoy, de tomar los cereales (también de chocolate, que tengo fuerza de voluntad, pero no tanta) que el maravilloso LIDL me ha proporcionado casi casi en cantidades industriales.
Ay Jesusito, dame fuerza para resistir esta tentación.
De momento las he probado marca Carrefour y marca Casino, una cadena de supermercados bastante famosa aquí. Vaya delicia. Me decanto por las de chocolate blanco, pero lo cierto es que aún no he comido las de dos chocolates o las que tienen variados frutos secos. Poco a poco, ¿vale? Que solo llevo aquí 17 días exactamente.
No quiero asustar a mi madre y decirle que esto es mi único sustento de vida. Tampoco asustar a todos aquellos que están muy preocupados por mi línea (que espero que sea nadie en absoluto). Pero como, probablemente, demasiadas galletas del cielo como son estas petit beurre de chocolat.
De hecho, escribo esto para intentar convencerme de no desayunarlas hoy, de tomar los cereales (también de chocolate, que tengo fuerza de voluntad, pero no tanta) que el maravilloso LIDL me ha proporcionado casi casi en cantidades industriales.
Ay Jesusito, dame fuerza para resistir esta tentación.